Un modelo basado en la explotación y el sufrimiento de los otros no es el camino
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Un modelo basado en la explotación y el sufrimiento de los otros no es el camino
Silvia Federici, activista feminista italo-estadounidense, señaló que la política de lo común es una propuesta para integrar lo que el capitalismo ha dividido y crear nuevas formas de cooperación solidaria.
Laura Rodríguez
Pensar en lo común, en cómo avanzar apoyándose unos a otros y no a pesar del sufrimiento de los demás. Ese fue el mensaje de Silvia Federici, activista feminista, ante un auditorio repleto de estudiantes y docentes del ITESO.
"Para mí el concepto de la política del común, articulada en tantas maneras diferentes, pero fundamentalmente centrada en el concepto de reclamar el control sobre nuestra vida, (se trata de) rechazar un bienestar construido sobre el sufrimiento de los otros, (eso) debe ser fundamental", señaló.
La activista italo-estadounidense impartió la conferencia "Feminismo y política de los comunes", invitada por las sociedades alumnas y alumnos de Gestión Pública y Políticas Globales, y de Relaciones Internacionales de la Universidad Jesuita de Guadalajara.
Federici habló a los estudiantes sobre la política de lo común, como una propuesta contra el capitalismo.
"Cuando hablamos de los comunes hablamos de una realidad que tiene dimensiones diferentes. Es una dimensión política, una dimensión social y tiene, también, una dimensión cultural, filosófica, porque cuando hablamos de los comunes hablamos de recuperar, también, nuestra humanidad. Poder pensar en crear una humanidad diferente de la cual nos imponen, que es una humanidad de competencia, de antagonismo, de destrucción", dijo.
"Es una dimensión espiritual, es una dimensión ambiental, porque en el capitalismo nos ha separado no solamente de los otros, nos han separado también de nuestra relación con la naturaleza, con los animales, con todo lo que vive en nuestros ambientes. Nos han enseñado a tener miedo de las otras personas".
También destacó su teoría de que las mujeres, al ser las reproductoras de la vida, están más conectadas con la naturaleza y encabezan las luchas de la actualidad. "En todo el mundo, de India, de África y también de América Latina y de Estados Unidos, la lucha por la defensa de los bienes naturales y de los bienes que hemos producido es encabezada por las mujeres. Esto no es una forma de esencialismo, no es porque las mujeres son mejores que los hombres, es porque está toda una historia que ha involucrado a la mujer más directamente en el trabajo de reproducción de la vida. Es por eso que las mujeres son las que hoy son las más directamente interesadas en la lucha por la preservación de las aguas, de los cultivos, de las tierras, de los bosques", afirmó.
Son también quienes, dijo, son aisladas, explotadas e invisibilizadas por el capitalismo, al no recibir una paga por el trabajo doméstico y de reproducción que realizan.
"Muchísimas mujeres enfrentan la crisis de la reproducción, que es sin límites, porque trabajan todo el día, en la casa, fuera de la casa. Enfrentan un montón de crisis: de recursos, de salud, de relación, y la enfrentan solas. No la enfrentan en una relación de comunidad".
Por ello, destacó que la política de lo común debe crear tejidos solidarios. "La política del común, como primera cosa, debe ser esto de transformar, reunir, juntar lo que el capitalismo ha dividido. Crear tejidos solidarios, un tejido social más solidario; crear nuevas formas de cooperación, de la reproducción. Es indispensable hoy".
Sobre el papel de la universidad, señaló que es importante analizar cuál es el proyecto que impulsa, qué tipo de relación tiene con el exterior, cuál es su producción de conocimiento, si es accesible o un privilegio, entre otras características.
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