Arquitectura del paisaje, una visión para crear mejores espacios públicos

Érika Torres

"Hay que preguntarnos como diseñadores qué tipo de ciudades estamos creando, cómo queremos vivir en el futuro", cuestionó Claudia Harari, directora creativa y socia del despacho Harari Landscape Architecture.

Harari mostró algunos de sus trabajos más destacados que se han edificado en Monterrey, Nuevo León, durante una sesión en la que también se dio a conocer la Licenciatura en Diseño Urbano y Arquitectura del Paisaje del ITESO, la cual comenzará a impartirse en agosto próximo.

Durante su participación, el pasado 7 de mayo en el Auditorio Q del ITESO, Harari habló de las escalas (ambiental, del paisaje, cultura y de comunidad) que abarca la arquitectura del paisaje en proyectos realizados por HLA como el Estadio BBVA, el Museo del Acero Horno 3, el Parque Rufino Tamayo y Pueblo Serena, todos en Monterrey. Además, proyectó que 88 por ciento de la población mexicana habitará en ciudades en 2050.

La conferenciante definió a la arquitectura del paisaje como "el arte de revisar sensible y estéticamente los diferentes elementos del espacio público y hacer exitoso un lugar". 

En ese sentido, Harari invitó a los profesionales del diseño y la arquitectura a buscar "un cambio de mentalidad. Tenemos que empezar a pensar en infraestructuras verdes. Decidir si queremos un ambiente de sustentabilidad y belleza para crear mejores ciudades, con mejor calidad de vida, es el quehacer de la arquitectura del paisaje". 

Comentó que su despacho se ha enfocado en la optimización del agua de lluvia en Monterrey, y uno de los proyectos en los que aplicó esta visión fue la construcción del Estadio BBVA, que es un espacio incluyente abierto al público, accesible para todos y en el que el peatón tiene una importancia primordial, de acuerdo con su descripción.

La construcción del estadio se acompañó de un bosque urbano, de cuatro hectáreas y media; la regeneración de una reserva natural que estuvo cerrada durante veinte años, estacionamientos verdes, y un parque lineal con encinos y robles que tienen la intención de rodear al inmueble y funcionar como un "riñón" que filtra el agua de lluvia. 

Otro de los proyectos que expuso Harari, con relación a la escala cultural, fue la adaptación de uno de los hornos de la fundidora de Monterrey al hoy Museo del Acero Horno 3, que preservó su estructura original y en cuya construcción se emplearon materiales reciclados de cuando el horno estaba en uso.

Destaca el techo del museo, para el cual se implementó un diseño "verde" cubierto por suculentas. 

Harari insertó la rehabilitación del Parque Rufino Tamayo en la escala de la comunidad. La obra del pintor inspiró a la creación de paletas de color y del diseño del mobiliario. Además, se incluyeron las opiniones de los vecinos en la elaboración del plan maestro del espacio y se aumentó la cantidad de árboles nativos.  

La especialista se refirió también a los nuevos centros urbanos surgidos en Monterrey desde 2013, impulsados por la iniciativa privada como espacios públicos, seguros y gratuitos. Su despacho participó en la creación y diseño de Pueblo Serena, uno de estos desarrollos. Destacó el trabajo con la orografía y el paisaje del lugar para integrar a estos componentes el concepto arquitectónico de Pueblo Serena, que recuerda a un pueblo tradicional.

Óscar Castro, jefe del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano del ITESO, habló las razones por las que profesores como Jorge Villagómez o Juan Lanzagorta insistieron en que debía de contarse con un programa de licenciatura que abordara lo urbano con una preocupación centrada en el diseño de espacios abiertos y la preocupación por la naturaleza. 

Para conocer más sobre la nueva Licenciatura en Diseño Urbano y Arquitectura del Paisaje se puede consultar el sitio https://carreras.iteso.mx/diseno-urbano-arquitectura-paisaje.