¿Cuáles son los retos de México en materia energética?
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¿Cuáles son los retos de México en materia energética?
Académicos del ITESO analizan las afectaciones en el país por la situación mundial del petróleo y la necesidad de impulsar el desarrollo y uso de otras energías.
Érika Torres
Uno de los golpes más contundentes que ha dado el Covid-19 a la economía mundial sucedió el pasado 20 de abril cuando el precio del petróleo se hundió hasta terminar en menos 38 dólares en Estados Unidos y en 25 dólares según la referencia Brent, del Mar del Norte, en Europa.
Ante las voces que insisten en la cancelación de proyectos como la refinería de Dos Bocas, para que su presupuesto se destine a combatir la pandemia del coronavirus, el gobierno federal se ha negado a dar marcha atrás a estos. A principios de mayo se reportó que Pemex cerró el primer trimestre del año con una pérdida de 562 mil 200 millones de pesos.
Este panorama genera dudas sobre el futuro de la economía mexicana dependiente del petróleo. Ignacio Román, académico de la Escuela de Negocios ITESO, expone su visión en cuanto a la repercusión de estos movimientos mundiales en las finanzas públicas y en el bolsillo de la ciudadanía, y Juan Jorge Hermosillo, profesor del Departamento de Procesos Tecnológicos e Industriales (DPTI) del ITESO, opina sobre las alternativas para reducir la dependencia económica del petróleo en México y en términos de sustentabilidad.
¿Cómo afectará en el mediano plazo la caída del precio del petróleo mexicano por la sobreoferta mundial a las finanzas públicas y a la economía del país?
Ignacio Román (IR): Es evidente que lo que va a afectar a corto plazo es muy grave porque el petróleo es, históricamente, la principal fuente de recursos financieros del Estado mexicano. Además pega enormemente en términos del equilibrio comercial de México con el resto del mundo porque es deficitario desde 2015 en la balanza petrolera, pero fundamentalmente por la alta importación de gasolinas.
Si compensamos el costo de la alta importación de gasolinas con los ingresos que nos da la exportación de petróleo puede ser manejable, pero, ¿qué ocurre cuando para la importación de gasolinas no tenemos como contraparte una entrada de divisas de petróleo? En cuanto se comience a reactivar la economía global lo que vamos a tener es, seguramente, un incremento brutal de precios del petróleo porque habrá muchas empresas que quiebren ahorita, habrá muchos yacimientos que dejen de ser rentables, sobre todo en materia de fracking, y por lo tanto habrá un repunte internacional.
Es importantísimo que, en la medida de lo posible, México mantenga su sector petrolero no especulativo, es decir, que fundamentalmente sea controlado por el Estado.
Lo que sería importante en este término de volatilidad, que puede implicar un ciclo de subidas y bajadas tipo montaña rusa, es que México refine su propio petróleo y no depender de la importación de gasolinas. Por lo tanto, hoy más que nunca es importantísimo continuar con la modernización de las seis refinerías y la construcción de Dos Bocas para el procesamiento no solo de gasolina, sino de otro tipo de petroquímicos y de gasolina de mejor calidad porque el petróleo que tiene México posee un alto contenido de azufre, además de ser muy pesado, por lo que requiere una mejor tecnología de la que disponemos actualmente.
Ignacio Román, académico de la Escuela de Negocios ITESO.
¿Cómo podría repercutir en el bolsillo de los mexicanos?
IR: El Estado tendrá más problemas de asignación de recursos. Si no tenemos una lógica de reforma fiscal, esto ya no tiene mucho margen para el gobierno para seguir ajustando su gasto interno.
En otras palabras, será en términos de costos posiblemente de bienes y servicios. México es el único país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en el que los principales pagadores de impuestos son los hogares y no las empresas. Me parece que lo que está buscando el gobierno en la actualidad es revertir esto y que sean las empresas, sobre todo los grandes corporativos, los principales pagadores de impuestos.
Si logra establecerse una estrategia de este tipo, el impacto podrá ser menor entre los hogares, sobre todo los de las capas medias y bajas de la población y estaríamos generando una estructura distributiva más pareja.
¿Hay alguna forma de rescatar a Petróleos Mexicanos (Pemex)?
IR: Yo vería dos planos fundamentales. Uno, lo que tiene que ver con Pemex en términos de capacidad y estructura productiva, en el que diría que sí. Pemex tiene más de 80 años en los que ha desarrollado una capacidad productiva propia. Tenemos la formación, sobre todo en el Golfo de México, en ingeniería petrolera, escuelas con un alto contenido de conocimiento sobre el sector petrolero, un Instituto Mexicano del Petróleo, etcétera.
Si podemos enfrentar los procesos de saqueo por parte de las direcciones de Pemex para uso político, por el lado del sindicato en términos también de corruptelas en beneficio de los líderes, y generamos procesos transparentes de rendición de cuentas y al mismo tiempo de modernización en la tecnología que se utilice, definitivamente creo que sí.
El gran problema de Pemex no es en el plano productivo, es en términos de su carácter financiero. En otras palabras, el hecho de que tenga una deuda gigantesca.
Una cuestión que sí es importante pensar en la lógica de Pemex es que haya un periodo en el que su aporte a la economía del país tenga que ir siendo menor y por lo tanto tenga que irle dedicando cada vez más recursos, durante el corto y mediano plazo, a rescatar su viabilidad financiera.
Cuando se dice que la empresa es ineficiente e improductiva, lo que pasa es que se mide considerando el boquete económico de la paraestatal y que ha sido provocado en gran parte por las corruptelas y manejos políticos durante décadas.
¿Qué alternativas se deben considerar para reducir la dependencia económica del petróleo en el país?
IR: Aquí hay un punto básico que se estableció desde la expropiación petrolera de 1938 y fue plantear que el petróleo es estratégico y debe ser fundamental en el país porque finalmente todos los sectores de actividad económica, todos sin excepción, requieren energía y la principal fuente de ésta es el petróleo.
Si vemos las proyecciones de la Organización Mundial de Energía de aquí al año 2050, cuando menos, es posible que las energías alternativas puedan ir logrando no tener 2 o 3 por ciento que tienen ahorita de la generación de energía a escala mundial, sino que puedan subir hasta 7 u 8 por ciento.
Puede haber un crecimiento muy importante, pero de cualquier manera 7 u 8 por ciento lo que nos está diciendo es que la inmensa mayoría de la generación de energía en el planeta va a seguir siendo el petróleo. Más que decir que no dependamos del petróleo es cómo lo manejamos para que el recurso sea en beneficio del país.
Una primera cuestión tendría que ser apostarle al petróleo no en términos de crudo, el producto primario, sino aplicar la historia del conocimiento ingenieril mexicano, de investigación y desarrollo del Instituto Mexicano del Petróleo, de capacidad de generación de valor agregado para no estar mandando crudos para traer refinados sino generar la refinación interna. Ese es un punto importantísimo para que además sea una refinación compatible con la sustentabilidad ambiental y con el tipo de condiciones de México.
Un segundo aspecto muy importante, en el caso del petróleo, es orientar la producción hacia los sectores que tengan mayor efecto multiplicador en el empleo, es decir que se impulse el apoyo en materia energética hacia aquellos sectores que puedan tener mejor impacto social y que no sea solamente en función de una lógica de mercado de oferta y demanda.
Otro aspecto importante con el petróleo es desarrollar mucho más la tecnología local, aprovechar el papel de las universidades tanto públicas como privadas, el expertise que tenga por ejemplo el Instituto Politécnico Nacional, que tengan las escuelas de ingeniería de todo el país, incluyendo el ITESO, y la generación de tecnología petrolera como lo ha hecho la Statoil en Noruega. Que una parte de las ventas de petróleo sean reinvertidas directamente en investigación, desarrollo y acción y en la creación de tecnologías alternativas locales. Es decir, utilizar el recurso para la generación de las nuevas energías.
En el plano financiero, si queremos estar realmente dependiendo menos del petróleo en el gasto público, creo que lo fundamental tiene que ser una reforma fiscal redistributiva en función de la enorme concentración de la riqueza en México, para que esa concentración tienda a ser gradualmente menor.
¿Es viable que el gobierno federal le siga apostando tanto al petróleo?
Juan Jorge Hermosillo (JJH): Hablar de "apuestas" supone una visión de mediano o largo plazo. Cantarell, el principal yacimiento mexicano, ya se agotó después de más de 35 años de producción. Los descubrimientos recientes, tanto al final del sexenio anterior como los que ha presentado el gobierno actual, equivalen a lo que se extraía de Cantarell en menos de un año. Es decir, son yacimientos pequeños.
México todavía tiene reservas de hidrocarburos muy útiles y necesarias para la transición hacia otras fuentes de energía, pero no suficientes como para "apostarles" con una visión de futuro, desde el punto de vista energético, ni de respeto al medio ambiente, ni con criterios financieros.
La coyuntura actual por la pandemia del Covid-19 ha frenado brutalmente la economía mundial y eso ha bajado drásticamente los precios del petróleo, debido a la baja demanda respecto de la oferta. Sin embargo es de esperar que, pasada la coyuntura, los precios vuelvan a un nivel normal (o más alto), por lo que los precios actuales no deberían ser base para decidir sobre si conviene o no seguir con el petróleo.
Juan Jorge Hermosillo, profesor del Departamento de Procesos Tecnológicos e Industriales (DPTI) del ITESO.
¿Qué alternativas deben considerarse para reducir la dependencia económica del petróleo en el país y en términos de sustentabilidad?
JJH: Es necesario adoptar un enfoque de "diversidad energética". Esto es opuesto a lo que se pensó mucho tiempo, por la complejidad técnica que implica el combinar diversas fuentes. Dentro de la matriz energética en México el recurso más abundante es – con mucha ventaja respecto de las demás – la energía solar, que está disponible en todo el país en cantidades muy abundantes, incluso en las regiones más nubladas y lluviosas. Otra es la energía del viento, pero esta solo existe en lugares específicos, no abunda por todo el país.
En ciertos lugares es factible explotar la energía geotérmica para la producción de electricidad, pero esto también está acotado a lugares precisos. Una ventaja de la energía geotérmica es que está disponible en esos lugares en forma constante.
El gran reto de las energías solar y eólica, en México, no está en el recurso disponible, sino en las tecnologías involucradas. Particularmente en el caso de estas dos aún está en desarrollo la tecnología necesaria para el almacenamiento de energía, dada la naturaleza intermitente y variable de ambos recursos.
En los próximos años veremos más noticias sobre más capacidad de almacenamiento y más alternativas para ello. Por supuesto, en la tecnología involucrada está implícita la factibilidad financiera.
En la matriz energética también es importante la energía que puede obtenerse de la biomasa. Esto puede ofrecer ventajas ecológicas si se gestiona adecuadamente. Es posible producir una diversidad de biocombustibles (mediante procesos y materias primas diversas) tales como el biogás, que puede usarse en forma similar al gas doméstico, el bioetanol y el biodiesel, que pueden impulsar vehículos de combustión interna, así como combustibles sólidos más aptos para usos industriales.
No existen formas de usar energía sin producir un impacto en el medio ambiente. Unos recursos son más "limpios" que otros, pero ninguno es inocuo. Entonces, además de la transición energética es necesario aprender a ahorrar energía, a usarla más eficientemente, a no desperdiciarla y a vivir de un modo cordial con el medio ambiente sin que ello implique la degradación en nuestra calidad de vida.
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Ingeniería Ambiental