Una ventana al mundo de las personas privadas de la libertad
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Una ventana al mundo de las personas privadas de la libertad
La revista "Rompemuros", derivada del Proyecto de Aplicación Profesional "Incidencia en el sistema penitenciario", difunde las voces de personas en reclusión e integra los conocimientos de estudiantes de las carreras de Psicología, Periodismo y Comunicación Pública, y Comunicación y Artes Audiovisuales.
"Ya cuando se ha pasado preso algunos años, y se vuelve normal, se siente uno Olvidado. Los amigos siguen adelante. Donde tú sigues una vida con muchos recuerdos, que de este lado no valen mucho con un destino incierto, dentro de un cuarto de 3×3, un lugar que te ahoga, pero te hace fuerte, aprendes a no reprimir tus emociones, tus sentimientos, lo que quiere salir que salga, dejar huella. Cada día que paso acerca más la partida". (http://www.rompemuros.mx/fernando-pineda/desde-el-encierro/).
Ese es el testimonio escrito de una persona privada de su libertad publicado en la revista Rompemuros, un medio que busca darle voz a quienes se encuentran en esta condición.
Fue en 2017 Danielle Strickland, académica del Departamento de Psicología Educación y Salud (DPES) del ITESO, recibió una propuesta de sus alumnos del diplomado "Crimen, justicia e inclusión social", del Inside-Out Prison Exchange Program y la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), para seguir colaborando con la producción de una revista penitenciaria.
"Para desarrollar el proyecto se inició un seminario permanente de narrativas, un proyecto de investigación y acción participativa con los alumnos y otros egresados del programa. Al final de 2019 se decidió fusionar el seminario permanente con un nuevo Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) del ITESO para aprovechar los conocimientos profesionales de varias carreras para mejorar y hacer crecer el proyecto, y para difundir las voces de las personas privadas de su libertad mediante la publicación de escritos y audiovisuales de alta calidad", comenta Strickland.
El resultado es Rompemuros, revista realizada en el Reclusorio Metropolitano del Estado de Jalisco. Este proyecto, derivado del PAP "Incidencia en el sistema penitenciario" coordinado por Strickland, integra las voces y saberes de alumnas y alumnos de las licenciaturas en Psicología, Periodismo y Comunicación Pública, y Comunicación y Artes Audiovisuales del ITESO.
Los internos participan en el seminario como pares de los estudiantes del ITESO: publican sus textos y dibujos en Rompemuros, proponen y deciden los temas para cada número de la revista y de los proyectos audiovisuales.
Los estudiantes del PAP integran la mitad del grupo del seminario de narrativas y, al igual que quienes están privados de su libertad y participan en el proyecto, también leen y escriben, además de encargarse de la edición y corrección de estilo de los textos, el diseño editorial de la revista, actualizaciones de la página web y la difusión de la publicación, actividades que son inalcanzables para los de adentro.
Hasta el momento el proyecto tiene cuatro revistas publicadas. La impresión de los primeros dos números fue de 200 ejemplares cada uno. La impresión y presentación formal de los números 3 y 4 está pendiente debido a la contingencia por el Covid-19.
Debido a la pandemia el contacto con las personas privadas de su libertad ahora está muy limitado, ya que la escuela del reclusorio no cuenta con equipamiento alguno para clases virtuales, pero en el cuarto número de la revista hay un texto de Fernando Pineda, quien está privado de su libertad, que se llama "El virus carcelario".
Diego Sebastián Ramírez, egresado de la Licenciatura en Comunicación y Artes Audiovisuales, llegó a este PAP, que generalmente se ofrece desde la carrera de Psicología, con una propuesta a Danielle de proyectos que podría desarrollar, y por ello fue aceptado.
"Yo iba en blanco, sabía que íbamos a ir a la cárcel e íbamos a tratar con personas privadas de su libertad, pero jamás me imaginé hasta qué punto nos íbamos a involucrar", dice.
Sebastián comenta que ir y platicar con los internos semanalmente "sí te cambia, de alguna manera los empiezas a ver como iguales, comienzas a entenderlos y se genera un vínculo. Más que nada, creo que se genera la capacidad de empatía, de ponerte en su lugar, de verlos como personas que tomaron decisiones distintas, con vidas distintas a la mía, pero personas".
El alumno, al no saber qué esperar, comenzó el PAP con los estigmas y prejuicios de la sociedad, de la familia y de los amigos, pero el trato con los alumnos privados de su libertad le cambió la perspectiva, dejándole el aprendizaje de tratar a las personas como iguales.
Otros aprendizajes que le dejó este PAP fueron emplear todo lo aprendido en su carrera en un proyecto y la persistencia para lograr sus objetivos. "Me propuse documentar lo que pudiera de la experiencia y lo logré", declara.
Sebastián comenta que ahora recuerda las frases y las enseñanzas de las personas privadas de su libertad con quienes convivió por el proyecto.
"Aunque dicen que ellos aprenden de nosotros, en realidad me han enseñado a tener una perspectiva distinta. Por ejemplo, de algunos fuimos prácticamente su única visita, su único contacto con el exterior y nos han externado en más de una ocasión que fuimos lo mejor de su encierro", comparte.