Es necesario trabajar en red para fortalecer la educación
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Es necesario trabajar en red para fortalecer la educación
La Universidad de Guadalajara convocó al ITESO, la UAG, la Univa, la UP y el Tecnológico de Monterrey, casas de estudios que integran el Consorcio Jalisco, para compartir experiencias y propuestas sobre los retos universitarios ante la pandemia en Jalisco.
Érika Torres
Con el objetivo de escuchar las experiencias, iniciativas implementadas y propuestas de colaboración para enfrentar los retos de la nueva realidad educativa, se reunieron virtualmente en el foro "Respuestas académicas e institucionales ante la pandemia en Jalisco: hacia una mejor reconstrucción educativa" los representantes de las universidades que integran el Consorcio Jalisco, para dialogar en torno al tema.
La primera ronda de comentarios se centró en compartir los retos que cada una de las instituciones educativas enfrentaron ante la crisis sanitaria y las respuestas que implementaron para atenderlos.
Catalina Morfín, directora general académica del ITESO, dijo que la emergencia sanitaria hizo posible que se visualizaran con mayor nitidez muchos de los problemas que se han venido padeciendo tanto en la educación superior como en el país en general.
Destacó cuatro importantes problemas en el ámbito educativo: la enorme desigualdad de acceso y de calidad de la educación en sus distintos niveles; la disparidad de la innovación educativa, "entendida como el desarrollo de modelos educativos capaces de formar de manera integral y con pertinencia social a nuestros alumnos"; la poca articulación entre las instituciones de educación superior y centros de investigación públicos y particulares con otros sectores y actores sociales para trabajar en conjunto en identificar y solucionar los grandes problemas sociales, y la falta de un verdadero sistema de educación superior articulado con un proyecto para el desarrollo de las ciencias, incluidas las sociales y las humanas, la tecnología y la innovación para impulsar el bienestar de la sociedad.
Destacó que también son cuatro los aprendizajes que el ITESO se ha encontrado de mayor profundidad y aliento para construir una educación distinta:
- Se ha aprendido a desentrañar en qué consiste el acto educativo, qué significa formar, qué vale la pena enseñar y qué vale la pena aprender. "Esto lo constatamos cuando tuvimos que reconstruir y reinventar, con el uso de nuevas mediaciones, las relaciones con nuestros alumnos y las estrategias para lograr que pudieran desarrollar mejores y más adecuadas competencias".
- Los profesores han reconocido la necesidad de abrir tiempos y espacios para acompañar a sus alumnos en la dimensión afectiva y emocional. Tanto profesores como estudiantes han mejorado su capacidad y disposición para ponerse en el lugar del otro y acompañarse en colectivo.
- El uso de las plataformas digitales ha permitido fortalecer las redes internacionales de colaboración entre universidades, enriqueciendo y ampliando el debate académico de diversas miradas sobre problemas comunes.
- La emergencia sanitaria obligó a mirar con mayor claridad las necesidades que nos rodean, potenciando la capacidad de intervenir mediante los proyectos de formación o de investigación vinculada. Un resultado de ello es el cubrebocas transparente Brankia, desarrollado en un Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) con alumnos e investigadores. También se fortaleció la colaboración con distintas dependencias de gobierno, teniendo como resultado el proyecto Quererte en Casa, para atender la salud mental de la población y al personal médico. El ejemplo más reciente es que las instalaciones de la universidad se han convertido en un centro de vacunación para adultos mayores.
"Creo que el mayor y más profundo reto que constatamos como universidades es asumir la enorme responsabilidad que tenemos para diseñar, construir, elaborar y comunicar alternativas de solución a los problemas nacionales, enmarcadas en un proyecto nacional que parta de nuestra propia historia y cultura, capaz de crear vasos comunicantes entre todos los grupos que conforman nuestra nación, y de reconstruir el tejido social, la gobernanza y la colaboración entre todos los sectores que pueda darnos una narrativa esperanzadora de futuro", dijo Morfín.
José Escamilla, director asociado del Instituto para el Futuro de la Educación del Tecnológico de Monterrey, comentó que la pandemia aceleró la implantación de su Modelo Educativo Tec 21 y les hizo ver la necesidad de aprovechar las redes y trabajar en conjunto.
Por su parte, Carlos Iván Moreno, coordinador general académico y de innovación de la UdeG, coincidió también en la importancia de las colaboraciones y el reto de lograr la equidad entre estudiantes.
Andrés Barba, director de Desarrollo Internacional y Relaciones Externas de la Univa, habló sobre los retos que significó el cambio de la presencialidad a la virtualidad, pero también los aspectos positivos de esto, como la apertura de programas de intercambio que llegaran a una mayor cantidad de estudiantes.
El vicerrector académico de la UP Campus Guadalajara, Carlos López, señaló el importante papel de los profesores en el cambio de la presencialidad a la virtualidad.
Alfonso Petersen Farah, vicerrector de Ciencias de la Salud de la UAG, compartió su visión sobre el presente con un modelo virtual de enseñanza que cambió radicalmente el modelo tradicional y sacó a los alumnos de las aulas, y sobre un futuro en el que una de las prioridades del sistema educativo debe ser no solo que se garantice que los estudiantes aprendan lo que corresponde en el currículo, sino las actividades complementarias, así como una presencialidad controlada.
En la segunda ronda de la sesión, los representantes de las universidades compartieron cómo han atendieron el tema de las prácticas profesionales, así como el de la socialización y vida en el campus.
En cuanto al primer tema, todos coincidieron en que el reto fue virtualizar lo más posible los escenarios de las prácticas para que los estudiantes pudieran sacar el mayor provecho de esta etapa de su formación profesional.
Morfín compartió que los PAP sufrieron ajustes en la primera etapa de la pandemia, ya que el trabajo se desarrolla en escenarios reales de acuerdo con la profesión y se trabaja en equipos multidisciplinarios, asesorados por un profesor.
La mayoría de estos escenarios se pudo trasladar a la virtualidad. Con los protocolos sanitarios que la Mesa de Educación ha aceptado se ha podido regresar paulatinamente al trabajo. "Esto nos ayudó a descubrir que podíamos ampliar nuestro servicio porque ya la distancia no es limitante. Creemos que eso, combinado con el regreso a la presencialidad, puede quedarse", mencionó.
En cuanto a la socialización y la vida del campus, Morfín señaló que, conscientes de que hay alumnos que iniciaron la universidad sin haber pisado la universidad, el ITESO ha invertido en los mejores protocolos sanitarios para que los estudiantes puedan ir al menos una vez al semestre al campus.
En la última ronda los participantes compartieron propuestas para trabajar en red y coincidieron en la importancia de fortalecer los mecanismos de colaboración entre las universidades que participan en el consorcio para recuperar aprendizajes, mejorar las prácticas para el modelo híbrido, aprovechar las ventajas de la virtualidad para contribuir de mejor manera a la formación de profesores y estudiantes, y abrir el Consorcio Jalisco a otras universidades.
Morfín señaló que uno de los aprendizajes de la pandemia ha sido encontrar y redescubrir el sentido de la universidad "como una comunidad que produce conocimiento, que reúne a los estudiantes para pensar e imaginar otras formas en las que pudiéramos convivir y solucionar nuestros problemas, que son muchos".
El foro puede verse en https://bit.ly/3v8W0RD.
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