Hipertensión y ansiedad, dos de los malestares que produce el ruido
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Hipertensión y ansiedad, dos de los malestares que produce el ruido
Los días 8 y 9 de noviembre se celebró la tercera edición del Encuentro Internacional de Cultura Auditiva, que reunió a ponentes de España, Australia y México para charlar sobre ruido, legislaciones, discapacidad auditiva y otros temas relacionados.
Montserrat Muñoz
¿Sabías que el ruido es el segundo contaminante ambiental de las ciudades? A pesar de que la contaminación acústica es un factor determinante en la salud de la población urbana, no hay suficientes iniciativas que busquen regularla, en cambio, cada día se multiplican las fuentes de ruido excesivo en las urbes de México.
Sobre este y otros temas se habló durante el Tercer Encuentro Internacional de Cultura Auditiva, actividad organizada por el Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) "Escucha México" del ITESO, llevada a cabo los días 8 y 9 de noviembre. Catalina Morfín López, directora general académica, señaló durante la inauguración que la creación, fomento y consolidación de una cultura auditiva "abrirán puertas a la constitución de la igualdad, la justicia y la inclusión de las personas que tienen alguna discapacidad auditiva".
Morfín resaltó que la virtualidad del encuentro facilita la participación de expertos de otras latitudes que aportan a la discusión y a la concepción de una cultura realmente incluyente. Este año participaron ponentes de España, Australia y México.
"La cultura auditiva solo se alcanzará a forjar si logramos una escucha que trascienda la mera percepción, que atienda la llamada que nos hacen los demás y la mera realidad. Requeriremos no sólo abrir los sentidos, percibir lo que son los demás y lo que son las cosas, sino además necesitamos discernir para poder sembrar y cosechar la verdad", mencionó.
Laura Elena Romero Esqueda, profesora del PAP, compartió que el Encuentro Internacional de Cultura Auditiva ha tenido una característica muy jesuita desde su primera edición, en 2019, que ha sido buscar la empatía y escuchar con la intención de ayudar al prójimo. Destacó que para la edición 2021 se trabajaron cuatro ejes temáticos: contaminación acústica y legalidad del ruido excesivo, discapacidad auditiva y comunicación, cultura auditiva y legalidad, y el PAP "Escucha México".
Falta trabajar en la materia
Jimena de Gortari Ludlow, coordinadora de investigación de la Universidad Iberoamericana (Ibero) Ciudad de México, dictó la conferencia "Contaminación acústica y sus consecuencias en grandes ciudades".
La académica lamentó que, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado sobre la planificación y el diseño de las ciudades como un factor determinante en el aumento de diversas enfermedades en la población, los tomadores de decisiones no han sido persuadidos de asumir una postura activa para atender el problema.
Al desinterés político sumó la apatía de la sociedad, dado que se tiene la creencia de que el ruido es parte y consecuencia de la vida urbana. "Los ciudadanos no nos quejamos hasta que no nos toca directamente, muchas veces nos habituamos. Hay que trabajar en conjunto, todos somos responsables de mejorar acústicamente las ciudades", dijo.
Rescató varias iniciativas desarrolladas en Jalisco, como la Ley Anti Ruido y las acciones de la Cruzada contra el Ruido, además de la acción emprendida desde diversos colectivos y frentes ciudadanos que trabajan en la sensibilización y concientización.
De Gortari hizo énfasis en que faltan estudios en la materia desde la academia y en la necesidad de afianzar redes de colaboración. Insistió, además, en la correlación de datos y de disciplinas que produzcan análisis mucho más completos de las realidades urbanas.
Señaló que el ruido tiene un efecto prolongado sobre el organismo, que va desde el estrés, problemas de sueño, hipertensión y ansiedad, hasta problemas gastrointestinales y dolor de cabeza, entre otros. También tiene impacto en el estado emocional y en la reducción del rendimiento escolar y laboral. Agregó que cerca de tres por ciento de las muertes por enfermedades coronarias pueden ser atribuidas a la contaminación acústica.
"Muchas de las ciudades mexicanas están alrededor de los 70 a 80 decibeles, eso ya es un ambiente ruidoso y tiene repercusiones directas, y muchas veces irreversibles sobre la salud de las personas. El ruido se expresa como un problema, pero también como una consecuencia de la vida urbana. La manera en que estamos haciendo las ciudades nos está enfermando", dijo.
Entre las causas del ruido urbano que citó la académica están las actividades productivas, las deficiencias de la red vial, la saturación del tránsito vehicular, la creciente actividad recreativa, comercial y de la construcción, y los hábitos de la población. Si bien algunas disminuyeron marcadamente al inicio de la pandemia, no se ha trabajado en una regulación formal del ruido excesivo.
La también integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel I propuso pensar en la definición de zonas de protección en las ciudades, a fin de reducir el número de personas expuestas al ruido excesivo e impedir que nuevas zonas residenciales se establezcan en áreas afectadas. Estas y otras medidas podrían ser implementadas en zonas problemáticas, tales como la que rodea al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
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