Una apuesta por el periodismo crítico
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Una apuesta por el periodismo crítico
Estudiantes colaboran en el periódico "El Puente" en Ciudad Guzmán, que aborda de manera plural y documentada temas como migración.
Judith Morán
"¿Cómo nos fue en la edición de este mes? ¿Qué sugieren como foto de portada? El tema de economía desde la familia y las comunidades podríamos ir trabajándolo para agosto. ¿Cómo abordarlo, un reportaje será lo ideal? ¿Cuándo estarías entregando el texto?"
Así suenan las voces de las personas que intervienen en la junta editorial de El Puente, publicación mensual que nace y se distribuye en Ciudad Guzmán, en el sur de Jalisco. Están presentes el director y 18 colaboradores, entre los que hay académicos, egresados y alumnos del ITESO.
No están en una redacción, sino en un salón anexo al templo de San Isidro Labrador, donde cada mes se planea el contenido de este medio de comunicación, el de mayor circulación en ese municipio, una localidad en la que la universidad ha estado presente desde hace dos decenios con diversos proyectos.
Los responsables de la publicación calculan que tienen cerca de 50 mil lectores entre la versión impresa y la de Internet. No tienen anunciantes y sus gastos operativos y de impresión provienen de la cuota voluntaria que aportan los lectores.
Al final de cada año, las utilidades se donan a la comunidad indígena de Pantelhó, en Chiapas, lo cual es posible gracias a que detrás de cada número está el trabajo de 20 voluntarios y un grupo de distribuidores que no recibe remuneración alguna.
Entre los colaboradores que El Puente ha tenido a lo largo de los últimos siete años, se pueden contar a 30 estudiantes de las licenciaturas en Relaciones Internacionales y Ciencias de la Comunicación que escribieron en él como parte del Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) "Agenda global: comunicación y periodismo". Algunos de ellos ya egresaron, pero siguen escribiendo para la publicación, mientras que para otros fue el comienzo de sus carreras como periodistas.
Alejandra Guillén, ganadora del Premio Jalisco de Periodismo 2014 y egresada de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación, envió a la publicación una colaboración especial (en la página 14) a principios de este año en la que recuerda su experiencia.
"En El Puente aprendí a mirar desde abajo y las formas en que muchas personas se organizan contra la represión, el despojo, la criminalización, la violencia, entre otras cosas", señala Guillén, quien mientras participó en el PAP conoció a las jitomateras, la explotación a jornaleros, la deforestación del bosque de Tapalpa, el vacío de los migrantes, el abandono del campo y el olor a bosque, entre otras situaciones.
Siete años dedicados al análisis
Margarita aún guarda la esperanza de que Ángel vuelva: "qué más quisiera que eso sucediera, que me lo entregaran como fuera pero que algún día regresara". Es uno de los testimonios que se lee en el número que El Puente abordó el tema de los desaparecidos en el Sur de Jalisco.
En ese número se abordaron cinco historias que buscaron "retratar qué es lo que pasa con la familia de los desaparecidos una vez que desaparece su familiar y cómo esto impacta en la construcción de la comunidad", detalla Carlos Cordero, profesor de asignatura de la Licenciatura en Relaciones Internacionales y actual coordinador del PAP "Agenda global: comunicación y periodismo".
Junta editorial de El Puente y participantes del PAP "Agenda global: comunicación y periodismo" en el periodo Verano 2015.
El reportaje se publicó en 2012 cuando, a decir de Jorge Rocha, académico del Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos (Dsoj), el tema de los desaparecidos en Jalisco comenzaba a salir a la luz.
No tener publicidad es, a ojos de sus colaboradores, una ventaja porque les da autonomía "podemos tocar temas a veces delicados, ciertamente no hacemos reporteo como quisiéramos pero sí se tocan temas que a veces suelen tener mucha repercusión", dice Rocha.
Entre los reportajes publicados en El Puente está la recuperación de testimonios y fotografías de las personas que el 1 de mayo vivieron los narcobloqueos en el sur de Jalisco. Y otros como las protestas por el Mundial de Brasil y la inversión en instalaciones deportivas para los Juegos Panamericanos, por citar algunos de los temas tratados.
Desde que el proyecto se constituyó como PAP, hace siete años, se han escrito unos 80 artículos, calcula Carlos Cordero. El proyecto se enfoca en que los estudiantes fortalezcan su capacidad de análisis periodístico en temas como migración, economía, política en América Latina y el mundo.
Lo que escriben los alumnos, habitualmente, se publica en la sección "Reflejo internacional", aunque también participan en reportajes especiales como ocurrió en el verano de 2014, cuando en Ciudad Guzmán se registró un aumento de migrantes.
"Entrevistamos a algunos migrantes, explicamos cuáles eran sus rutas en México y concientizamos a la población sobre cómo relacionarse con ellos", señala Cordero.
Es en la junta editorial mensual donde los alumnos exponen los temas que trabajarán, entre los aprendizajes está negociar sus propuestas, al punto de influir en la agenda del medio impreso y, tal vez el más significativo, escribir para un público y no para un reporte de lectura dirigido a un docente.
Rocha, también colaborador de la publicación, la virtud del PAP es que involucra a los alumnos en un proceso de producción periodística y ante una realidad que puede ser poco conocida por la comunidad universitaria.
"Se colocan en una situación de un mundo más rural, un mundo donde hay más pobreza, con lectores de un nivel socioeconómico mucho más bajo, y eso hace que empiecen a ver la realidad desde otra perspectiva, reconocen al otro Jalisco".
Lizette Essés, estudiante de la Licenciatura en Relaciones Internacionales que cursa el PAP desde el periodo Verano 2015, escribió sobre los feminicidios a propósito de la marcha multitudinaria en Argentina que en las redes sociales encontró eco con el hashtag #NiUnaMenos.
En su reportaje entretejió cifras mundiales, casos como el de Esmeralda Herrera, de Ciudad Juárez, y lo que sucede en Jalisco: 58 asesinatos en los primeros cinco meses de 2015.
"Es muy importante hablar de estas temáticas, porque no se le ha dado la importancia que requiere y, también, para sensibilizar y concientizar a las personas de que es una realidad que no nada más ocurre en las grandes ciudades", afirma Lizette.
¿Cómo ‘arman' sus notas los alumnos? Principalmente recurren a fuentes formales de información, de tipo académico y reportes de Organizaciones no Gubernamentales (ONG), entre otras.
"Colaborando en la sección de "Reflejo internacional" tenemos la oportunidad de aterrizar ciertos temas que muchas veces la gente ni siquiera ha escuchado, ni siquiera concibe y aterrizarlos a la realidad que ellos viven". Esa es la trascendencia que para Andrés Treviño, estudiante de la Licenciatura en Relaciones Internacionales y también presidente de la Unión de Sociedades de Alumnos del ITESO (USAI), tiene su labor en el PAP.
El ITESO en el Sur Jalisco
La precaria situación en la que vivían jornaleros indígenas que llegaron a Jalisco, procedentes de Oaxaca y Guerrero, a trabajar en campos de jitomate fue documentada por la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, la cual emitió la recomendación 15/98 por violaciones a los derechos de igualdad y a la protección de la salud.
Ese fue el detonante para que el ITESO comenzara a actuar en el sur del estado con proyectos de intervención en Tapalpa, de observación electoral y un periódico en Sayula con el nombre de Diálogos Informados de Sayula, entre otros, recuerda Rocha.
Los proyectos en la región, apunta el académico, han cambiado a lo largo de los años. Por ejemplo, desde el ITESO se acompaña un proyecto de comunidad solidaria en Sayula bajo el nombre de Axomaxac AC, el cual es parte de los trabajos que se realizan desde el Campo Estratégico de Acción en Pobreza y Exclusión (CEAPE).
Rocha es cuidadoso al hablar de la trascendencia de El Puente en la región. Sin embargo, menciona que, previo a la jornada electoral del 7 de junio, se publicó un especial sobre el voto con la intención de que el sufragio fuera razonado.
Un puente entre Chiapas y Ciudad Guzmán
El Puente surgió a raíz de una iniciativa de Samuel Ruiz y Raúl Vera, desde la diócesis de San Cristóbal de las Casas en 1997, la cual derivó en el envío de misioneros de Ciudad Guzmán a Pantelhó, Chiapas. Antonio Villalvazo Díaz, sacerdote y director de la publicación mensual, recuerda que se pensó en un boletín que fungiera como medio de comunicación entre ambas diócesis.
La búsqueda del nombre del boletín fue fácil, ya que Pantelhó significa en lengua tzeltal puente de agua. Villalvazo Díaz señala que el periódico lleva su misión en su nombre: "es un puente entre la fe y la vida; es un puente inicialmente entre dos diócesis: San Cristóbal y Ciudad Guzmán; es un puente ente los sacerdotes y los seglares; es un puente entre lo pastoral con la acción social que llevamos en la diócesis".
El primer número de El Puente salió a la luz el 1 de enero de 1998, se trataba de una hoja oficio horizontal en color verde en la que se daba cuenta de quiénes eran los primeros misioneros de Ciudad Guzmán que irían a Chiapas, recuerda el director.
La segunda edición fue un boletín de ocho páginas tamaño carta. A 17 años de distancia, hoy es un tabloide de 20 páginas y 13 secciones, que suma 148 ediciones que Villalvazo Díaz describe como "un proyecto humano donde la información no sea negocio, no sea una mercancía sino un servicio".
Con la cooperación de los lectores de El Puente se pagan los gastos de impresión, los de la oficina y, cada año, aportan unos 25 mil pesos a la misión de Pantelhó.
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