Esas maravillosas telas llamadas algas
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Esas maravillosas "telas" llamadas algas
Claudio Fuentes, experto chileno en la investigación con algas, expuso en el Café Scientifique ITESO el invaluable rol que estos organismos han jugado en la Tierra.
Enrique González
Sin ellas no habría surgido la vida en la Tierra o tendríamos 50 por ciento más de dióxido de carbono en la atmósfera y moriríamos, así de simple.
Gracias a las algas –y a la intervención de la nanotecnología o los conocimientos del chileno Claudio Fuentes, doctor en Ciencias y Tecnología Ambiental por la Universidad Autónoma de Barcelona– es posible eliminar importantes cantidades de contaminantes como el CO2, regenerar la piel de personas quemadas, producir biocombustibles o combatir ciertos tipos de cáncer.
Estos organismos son una verdadera pasión para Fuentes, invitado a la sesión del Café Scientifique ITESO, que tuvo lugar en la Casa ITESO Clavigero la noche del martes 2 de febrero, titulada "Microalgas: de los fármacos a los biocombustibles".
"Nosotros tenemos que darles las gracias a las algas, porque gracias a ellas estamos en este planeta. Las primeras microalgas –procariotas– fueron los arquitectos de la atmósfera", afirmó Fuentes, quien también charló con alumnos en el Auditorio A de esta casa de estudios el pasado 28 de enero (foto).
Claudio Fuentes, académico de la Universidad de Swansea.
"Son organismos muy exitosos, han estado en toda la historia del mundo y se encuentran en todos los cuerpos de agua".
El investigador de la Universidad de Swansea, en el Reino Unido, se dedica a extraer metabolitos de una micro alga de mar; si las pruebas van viento en popa, estas permitirán lograr avances fundamentales en la industria alimentaria, la cosmética o la biomedicina.
Los exopolisacáridos que obtiene de dicha alga pasan por un proceso de nanotecnología que crea una red, una especie de máscara que están probando en células cancerígenas y también lo harán con personas que sufrieron quemaduras para mejorar su cicatrización.
Como Fuentes y sus colegas también tienen que producir inventos rentables, analizan la aplicación de esta "tela" en pañales para bebés, con el añadido de evitarles a los infantes rozaduras y otras incomodidades.
¿Qué le dejaré a mi hijo?
Más allá de su gusto por la ciencia y por ponerse una bata blanca para meterse a un laboratorio, Fuentes tiene otra poderosa motivación para intentar, a partir de las algas: reducir la contaminación de este planeta.
"Ahora que soy padre, me pone nervioso dejar a mi hijo en un planeta peor que el que encontré", afirmó en la sesión.
Para lograrlo, reconoció –no sin un dejo de resignación– que Europa le lleva una buena ventaja a América Latina, y lo explicó: primero, porque tienen más dinero; segundo, porque gobiernos y sociedad, en general, respetan más el medio ambiente, y tercero, porque en las universidades hay más conexión entre facultades, es decir, apuestan por la multidisciplinariedad.
"[En Swansea] he tenido el apoyo de los ingenieros, de los de Medicina, de todos lados".
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