Los posgrados del ITESO cumplen 40 años

Adriana López-Acosta

Durante los años setenta, Juan Lafarga Corona, SJ regresó a México después de haber estudiado el Doctorado en Psicología Clínica en la Universidad de Loyola en Chicago.

Lafarga venía empapado del enfoque humanista en la psicología y de la obra de los autores norteamericanos que tocaban estos temas, como Abraham Maslow y Carl Rogers. En Estados Unidos había un movimiento, y el jesuita quería encontrar su equivalente en tierras mexicanas, pero no había tal.

"Había mucha necesidad de ese punto de vista en la psicología. Por eso la maestría tuvo ese despertar exuberante", relató Lafarga en una entrevista realizada en 2015, año en el que falleció.

De esta manera, en 1976 la Maestría en Desarrollo Humano se convirtió en el primer posgrado impartido en esta casa de estudios.

"Vimos necesaria una filosofía del hombre que contemplara la autodeterminación y la libertad, que integrara todos los conocimientos sobre el desarrollo humano en un solo cuerpo, una dinámica de su funcionamiento".

En ese decenio el ITESO tenía 11 carreras, y en México el modelo económico del desarrollo estabilizador (llamado el "milagro mexicano") llamaba a la preparación de profesionales que se insertaran en una industria en auge.

"Sin embargo, en el ITESO siempre hemos querido hacer más que formar a profesionistas para resolver problemas económicos, sino que tengan una conciencia social y una formación humana más integral. Y se abre para todas las disciplinas: económicas, humanistas o científicas", dice Catalina Morfín, coordinadora de Investigación y Posgrado.

Incluso, cuarenta años después y con los programas que el ITESO ha ofertado a lo largo de su historia, Morfín señala que este es uno de los posgrados más innovadores, debido a que "apostó por la interdisciplinariedad y a la formación en aspectos que eran desdeñados por las ciencias positivas. En el momento en el que nació, solo aquello que era medible y cuantificable era considerado valioso, y esta maestría fue disruptiva".

Es un modelo distinto que sigue vigente, y su reto y transformación con los años han sido de adaptarse a la exigencia profesional, manteniendo una propuesta de formación diferente desde los aspectos más profundos de la persona.

Educación para incidir

La influencia jesuita y su preocupación por la formación humana han trazado la línea educativa del ITESO y la dirección de sus posgrados.

Las humanidades y las ciencias sociales eran los temas más fuertes en un inicio, por lo que a la Maestría en Desarrollo Humano le siguieron las maestrías en Comunicación y Educación Cognoscitiva.

Ahora, entre las 18 maestrías, cuatro doctorados y tres especialidades que ofrece el ITESO, se cruzan tecnología, innovación, ciencia, cultura, economía, sustentabilidad, y derechos humanos y paz.

El crecimiento de los temas que abordan las maestrías tiene que ver, en la opinión de Morfín, con la planta de profesores: "una masa crítica que se especialice y tenga la capacidad de no sólo repetir los autores clásicos, sino producir conocimiento nuevo, y estos son elementos con los cuales cuenta el ITESO".

La universidad cuenta con nueve posgrados dentro del Programa Nacional de Posgrados de Calidad del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), siendo la universidad privada que más programas académicos tiene con esta distinción en el occidente del país.

"Queremos tener una incidencia mucho mayor en la toma de decisiones de los temas que les competen a nuestros posgrados; queremos que el ITESO sea un referente, que piensen en nosotros para opinar o resolver problemas especializados de la región", subrayó Morfín.

Como parte de los festejos del aniversario de la Maestría en Desarrollo Humano, el miércoles 6 de abril, a las 20:00 horas, Virginia Moreira, doctora en Psicología Clínica por la Pontificia Universidad Católica de São Paulo, impartirá la conferencia "Del Enfoque Centrado en la Persona a la Clínica del Mundo Vivido (Lebenswelt)", en el Auditorio Pedro Arrupe, SJ. La entrada es libre.