Ingenieros, por partida doble, hacen estancia en Microsoft

Enrique González

Ni Erick ni Héctor Ortega tienen una opinión formada sobre Bill Gates.

Saben que es multimillonario, que es el fundador de Microsoft y que de vez en cuando se da sus vueltas a la empresa para supervisar la marcha de su imperio tecnológico.

Lo que también saben es que el gigante tecnológico que tiene su sede en Seattle los quiere en sus filas, por lo pronto como participantes en el Explore Microsoft Program.

A lo largo de la estancia intensiva, de 12 semanas de duración, este par de estudiantes del cuarto semestre de Ingeniería Electrónica del ITESO comparten espacio, experiencias, ideas, datos y comida con decenas de ingenieros de todas partes del mundo y con los ingenieros de planta de la empresa que creó Windows.

"Lo que quiero es programar, practicar la parte electrónica o combinar las dos, a ver qué descubro", dijo, previo a partir a Seattle, Héctor, quien nació hace 20 años en Guadalajara, cinco minutos antes que Erick.

En cambio, Erick afirmó: "quiero sentir la experiencia laboral en otro país, colaborar con personas de distintas nacionalidades, mejorar mi inglés y aprender cómo trabaja un ingeniero de software en la industria; cómo se organizan los proyectos, cómo se dividen las tareas, es decir, tener una idea más a fondo de todo esto".

Fue el semestre pasado cuando una cuadrilla de cazatalentos de Microsoft organizó en el ITESO –universidad con la que la firma tiene varios proyectos de colaboración– un concurso y una charla sobre las estancias para estudiantes.

A los alumnos que están por egresar los quieren de planta y a los de niveles inferiores les ofrecen, con sueldo incluido, distintos tipos de opciones para que se vayan familiarizando con la compañía, eso sí, con comida y alojamiento corriendo por cuenta de la empresa.

Los gemelos, quienes viajaron a Seattle el 14 de mayo pasado, entraron al concurso de programación y enviaron sus currículums. Y cuando pensaban que no les iban a llamar…"una semana antes de entregar proyectos finales en el ITESO nos dijeron que nos aceptaban. ‘¿Pueden venir a la última entrevista en Seattle? Es la próxima semana'. Teníamos examen de ‘Cálculo multivariable', entrega del proyecto de un simulador, otro proyecto sin empezar, y nos desvelamos toda esa semana", rememora Erick, mientras Héctor lo escucha sonriente.

Empatía familiar que da frutos

Erick y Héctor reconocen que se la llevan bastante bien y que saben trabajar en equipo, algo que realizan desde que estudiaron el bachillerato en el Centro de Enseñanza Técnica Industrial Colomos (Ceti).

"Entre nosotros es fácil la comunicación, así que es fácil hacer equipo porque nos entendemos bien", apuntó Héctor.

"Sabemos que somos dedicados y organizados, entonces existe la confianza de que las cosas no van a fallar mucho".

Esta capacidad de colaborar entre hermanos ha dado pie al desarrollo de proyectos como un simulador de circuitos el semestre pasado, cuyo objetivo era, a decir de Erick: "facilitar el proceso de aprendizaje de los que estudian Ingeniería Electrónica en primer semestre".

O el realizado durante el primer semestre del año, relacionado con microprocesadores. En una pequeña caja pusieron cuatro tomas de corriente y en un teclado matricial los programaron para que duraran prendidos ciertos periodos de tiempo, por ejemplo ocho horas para la lámpara del cuarto de un bebé, o dos horas si lo que se requiere es cargar un celular, es decir, un proyecto con potencial en términos de ahorro de energía, sustentabilidad y edificios inteligentes.

Erick tiene 10 de promedio general y Héctor 9.9, y aunque afirman que no hay ninguna clase de competencia entre ellos, sí existe un interés mutuo por complementarse y motivarse.