¿Por qué seguimos haciendo ciudades tan feas?
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"¿Por qué seguimos haciendo ciudades tan feas?"
Las ciudades dicen quiénes somos como personas, afirmó el filósofo Juan Carlos Mansur durante la jornada inaugural de Trazo, la actividad del ITESO para pensar el rol de la arquitectura ante las urbes presentes y futuras.
Enrique González
Cuando se le preguntó por todas esas torres de lujo y centros comerciales que se están construyendo en Guadalajara o la Ciudad de México, Juan Carlos Mansur, doctor en Filosofía y profesor del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), mostró su desprecio ante estos ejemplos de lo peor que puede resultar cuando se unen a especular los poderes político y económico.
"Yo lo único que veo es megalomanía, falta de amor". Falta de amor al prójimo, a la ciudad, a la convivencia justa, a la armonía, en resumen, falta de amor a la belleza, un concepto que Mansur ha convertido desde hace años en el motor de sus investigaciones, en las que recurre pensadores como Platón, Hegel, Miguel Ángel, Heidegger o Nietzsche para analizar la historia del urbanismo y la manera en que creamos las ciudades.
"¿Por qué seguimos haciendo ciudades tan feas? ¿De dónde viene la fealdad?", cuestionó en el Auditorio Pedro Arrupe, SJ, el primer conferenciante de Trazo. Arquitectura-Ciudad-Diseño, un punto de encuentro creado por el Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano (DHDU) del ITESO.
En el acto inaugural de Trazo, presidido por José Morales, SJ, rector de la universidad; Óscar Castro, director del DHDU, e Ignacio Ponce de León, coordinador de la Licenciatura en Arquitectura, se enumeraron algunas claves de lo que esta universidad quiere aportar al desarrollo justo de las grandes urbes de nuestro tiempo.
"No es justo ni humano que las personas habiten ciudades con espacios públicos que dejan de cumplir con su vocación, al no tener las condiciones mínimas necesarias para construir relaciones dignas y armónicas entre ellas y con la naturaleza", sentenció el Rector del ITESO, quien les pidió a los estudiantes un compromiso real con la construcción y cuidado de nuestra "casa común", un concepto acuñado por el Papa Francisco.
"El desarrollo urbano descontrolado ha modificado de manera irreversible las condiciones del medio natural y sociodemográfico, así como las formas en que nos relacionamos". Para frenar el deterioro de la calidad de vida de las personas, dijo el Rector, "el arquitecto tiene un rol preponderante; hace de su profesión un servicio a la sociedad".
"Todos somos responsables"
Fue después de la intervención de Morales cuando Mansur dictó la conferencia magistral "Kalópolis. La búsqueda de la belleza en una ciudad narcisista", un compendio de algunos de los hallazgos que ha acumulado durante años de investigación estética, urbanística, filosófica y económica.
"¿Cómo se puede hacer una sociedad y una ciudad más bella de lo que tenemos hoy?", se preguntó Mansur, fundador del centro de investigación Filokalía.
Para empezar, hay que querernos y respetarnos a nosotros mismos como seres humanos, aseveró, ya que de lo contrario será imposible que amemos nuestro entorno o pensemos en las necesidades de los demás.
"Cuando se gesta comunidad, se empieza a generar belleza".
Mansur habló de un par de conceptos que ha detectado como obstáculos en la falta de belleza de las ciudades: la "Acidia" (falta de interés, pereza por hacer las cosas) y la "Anhedonia" (incapacidad para experimentar placer por la vida), dos condiciones que sufren las personas y, por ende, las sufren las sociedades.
Y es que la belleza –y la falta de ella– en las ciudades, subrayó el integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), no es un asunto de dinero o buen gusto, como pueden pensar algunos. Un barrio de escasos recursos a un lado de la carretera puede afear tanto el paisaje como un conjunto de torres de lujo que, para existir, derrumbaron cientos de árboles y llenaron de automóviles la zona.
Un término clave a la hora de generar belleza en nuestras ciudades, insistió Mansur, es la justicia. Si la especulación es destinada a que unos cuantos se llenen los bolsillos en detrimento del medio ambiente y los derechos del resto de la ciudadanía, la cosa irá mal.
"La ciudad habla de nuestra conciencia. ¿Qué dice? Toda ciudad no es sino reflejo de la mente de las personas". Es una batalla que Mansur bautiza como el "mundo habitable" versus el "mundo del lucro".
"La belleza nos rodea, se da siempre en nuestra vida, no sólo para contemplarse como si estuviera en un museo", mencionó. "Pero para que se dé bien tiene que haber dos factores: estar acompañada de la verdad y de la justicia".
Por eso, a Mansur le preocupa la proliferación de centros comerciales que no resuelven, sino que agudizan, el problema de la vivienda y la movilidad de las ciudades.
A unos cuantos kilómetros del ITESO, por ejemplo, se construye Punto Sur, un megaproyecto comercial-habitacional de unos 100 mil metros cuadrados con el que se prevé todavía una mayor carga vehicular en el sur de la Zona Metropolitana de Guadalajara.
Para él, la búsqueda de la belleza simple y sencillamente le da sentido a la vida. "Todas las cosas que hacen ustedes o que hago yo, todo, absolutamente todo, así de radical lo voy a poner, es en vista de la belleza, en vista de vivir y contemplar la belleza".
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