El desperdicio como oportunidad: Agbogbloshie
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El desperdicio como oportunidad: Agbogbloshie
Yasmine Abbas y Yaw "DK" Osseo-Asare presentaron un proyecto para mejorar la calidad de vida en el barrio de Agbogbloshie, en Ghana.
Adriana López-Acosta
Cuando Yasmine Abbas, doctora en Arquitectura, pisó por primera vez el vertedero de desperdicios electrónicos de Agbogbloshie, se dio cuenta de que llevaba los zapatos incorrectos. Las calles sin pavimentar y las casas hechas con paredes de refrigeradores rotos convertían el espacio en una jungla de electrónicos muy complicada de transitar.
Este barrio, ubicado en las afueras de Accra, capital de Ghana, es víctima del desplazamiento ilegal de desperdicios electrónicos de países primermundistas, y ha estado en boca de ambientalistas y periodistas por años.
Ella y Yaw "DK" Osseo-Asare, maestro en Arquitectura, respiraron el aire tóxico de la quema de aparatos para recuperar metales y cables que los más de 40 mil habitantes inhalan diariamente, y conocieron a los trabajadores que desde las primeras horas de la mañana buscan entre los desechos materiales para vender: pilas, cables, cristal, aparatos que puedan reparar, y aquellos que manipulan y convierten en cosas impensables como mesas, sillas o hasta satélites caseros.
"La tecnología ha invadido nuestros espacios y cambiado el modo en el que construimos nuestras ciudades", opinó Abbas.
No eran sólo sus zapatos, también se dieron cuenta de que la perspectiva era incorrecta: ver a Agbogbloshie, considerado por la Cruz Verde en Suiza y por el Blacksmith Institute, organismo sin fines de lucro que busca solucionar problemas de contaminación en países de medianos y bajos ingresos, como uno de los diez lugares más contaminados del mundo. Más allá de cifras alarmantes y una oportunidad de periodismo ambiental, era también un lugar de profunda organización, de arquitectura y, sorpresivamente, de potencial sustentable.
El pasado jueves 6 de febrero, Abbas y Osseo-Assare presentaron ante alumnos de las maestrías en Ciudad y Espacio Público Sustentable, y en Proyectos y Edificación sustentables el proyecto Agbogbloshie Makerspace Program, el cual consiste en compartir la sabiduría empírica de los habitantes con ingenieros y académicos para convertir su trabajo informal en una forma de vida. Recientemente obtuvieron el apoyo del Rockefeller Centennial Innovation Challenge Award para llevarlo a cabo.
Su inspiración es el término terraforming, utilizado en ciencia ficción para teorizar sobre la modificación de otro planeta para ser habitable por el ser humano; ellos quieren aplicarlo para hacer a la Tierra habitable de nuevo.
"(La idea es) ayudarlos a desarrollar herramientas con los habitantes que les reditúen, sin dañar el medio ambiente y su salud", explicó Osseo-Assare. Se trata de "usar su innovación para su propio beneficio", dijo.
En su proyecto, que sigue en sus primeras etapas (aprender de la propia comunidad), los investigadores pretenden organizar espacios de trabajo en los que, con la misma ideología de reutilizar y vender desechos, puedan eliminar las prácticas nocivas y expandan su visión. No sólo reparar electrodomésticos y separar cables, sino poder convertir piezas de lavadoras y computadoras en nuevos componentes electrónicos y otros productos hechos de materiales reciclados.
La plataforma no será solo en Ghana, sino digital, con la planeación de un sitio web que comparta tutoriales, propiedades de los desechos electrónicos y la opción de colaborar a distancia con Agbogbloshie. Ya están en búsqueda de diseñadores, arquitectos e ingenieros con conocimiento en electrónica y sistemas ambientales que quieran apoyar su labor, y ya ofrecen pasantías y prácticas en verano.
Los ponentes hicieron mucho énfasis en las propiedades de la economía informal de Ghana; hablaron de cómo es una cuestión histórica y de repetición de modelos económicos y hasta arquitectónicos occidentales que fallaron en este país. "(El proyecto) cosiste en dar los medios para crear más", dijo Osseo-Assare, "y aprender del sector informal para innovar el sector formal", añadió.
Su término makerspace se inspiró en los hackerspaces, en los que se reúnen para aprender la naturaleza de la tecnología y compartir conocimientos. Compartieron a los estudiantes su idea de hacer talleres en los que diferentes miembros de Agbogbloshie transmitan su know-how y se retomen las prácticas del llamado hágalo usted mismo (DIY, por sus siglas en inglés) . Esto, opinaron, traerá a la comunidad de Ghana un nuevo potencial económico y ecológico. Para ellos, este vertedero de desechos electrónicos es más que una catástrofe: es una oportunidad para África.
Para más información sobre este proyecto, puede acceder al blog de Yasmine Abbas.
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