Ser universitario implica responsabilidad social y comprometerse con la profesión
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Ser universitario implica responsabilidad social y comprometerse con la profesión
Antonio Sánchez Antillón impartió Lectio Brevis, en la que convocó a pensar "el amor en la vida profesional".
Natalia Barragán
¿Qué es ser un profesional en esta época, en un país convulsionado por la violencia institucionalizada en grupos formales e informales de poder y en una Universidad con inspiración ignaciana? Esa fue la pregunta que lanzó Antonio Sánchez Antillón, jefe del Departamento de Salud, Psicología y Comunidad (DSPC) del ITESO en el arranque de su disertación durante la tradicional Lectio Brevis, que se realizó en el Auditorio Pedro Arrupe y con la que inició formalmente el ciclo escolar 2013-2014.
Para hablar del tema el académico echó mano de la mitología griega y de la figura del dios Eros para convocar a todos los estudiantes a pensar "el amor en la vida profesional".
Frente a cientos de estudiantes también se refirió a las responsabilidades, las metas profesionales y la posición que tienen los universitarios en la sociedad.: "Obtener un papel que diga licenciado, ingeniero, contador, arquitecto, etcétera, nos coloca en una posición particular frente a otros agentes sociales [...]. Es decir, ser profesionista implica una ventaja honorífica en la vida social, pero creo que además una responsabilidad.
Esta responsabilidad, dijo a los alumnos, no comienza al egresar de la universidad, sino al momento mismo del ingreso y en el proceso de formación.
Al hacer referencia a Eros, Sánchez describió lo que en su opinión debe ser la relación entre un joven estudiante y su profesor: "La relación alumno-maestro, si no está inserta en la lógica del amor y sólo se queda en la apuesta del deber, borra de algún modo la condición para hacer una tarea fundamental, a saber: provocar que el alumno se vuelva el sujeto de su propio deseo de hacer profesión".
Al hablar de los tipos de competencias en las que debe estar sostenida la educación profesional, el académico consideró que para una universidad como el ITESO la consolidación de los saberes en "saber hacer" no lo es todo, pues se pretender formar un sujeto "pensante, lanzado a un hacer creador, donde el deseo de ser y hacer con otros se vuelve la fuente vital del ser en el mundo".
El jefe del DSPC señaló que "para pensar que la educación generará buenos profesionistas, pensantes y con deseos de un mundo más humano no sólo se requiere amor por la profesión sino un vengador del amante no correspondido. Debemos tener el valor suficiente para empujarnos a nosotros mismos cuando la desidia o la negligencia borren de nuestro panorama el para qué de nuestros esfuerzos cotidianos en nuestro quehacer como alumnos y profesores".
Diálogo, discernimiento y frontera para "armar lío"
Al finalizar la Lectio Brevis, el rector Juan Luis Orozco Hernández, SJ dirigió unas palabras a la comunidad universitaria, en especial a los estudiantes que acaban de integrarse a la "familia" de la red de universidades jesuitas formada por más de 200 casas de estudio y más de un millón y medio de alumnos.
El Rector compartió su deseo que la comunidad universitaria contribuya a la "recreación y renovación" del proyecto universitario del ITESO. ¿Cómo?: "Armando lío, como lo ha dicho el papa Francisco, saliendo fuera de las paredes de este campus y luchando contra la comodidad y el encerramiento en nosotros mismos". Pero el "lío" al que se refirió, agregó, es aquel que contribuya a la construcción de un mundo más humano y más justo.
Para ello retomó también tres palabras del papa Francisco: diálogo, discernimiento y frontera. "Son las tareas para estar en posibilidad de armar lío, para salir de nuestra comodidad y asumir el mundo como misión, para renovar el ser y el quehacer del ITESO, para continuar el camino que emprendieron los primeros jesuitas, transformar el mundo y llevarlo hasta Dios. Espero que estas tareas conduzcan en toda esta comunidad universitaria nuestras actividades y nuestros esfuerzos durante el año escolar que hoy comienza".
El diálogo "nos remite a una tarea fundamental de la universidad: construir puentes. Hay que armar lío sin edificar muros, ni murallas […] No se trata de dividir, se trata de que nos comuniquemos entre todos […] Se trata de que los hombres y mujeres de buena voluntad construyamos juntos, de que busquemos la verdad sin descalificarnos mutuamente, una verdad que vaya acabando con la violencia y la injusticia; una verdad que nos haga cada vez más libres para servir, para amar, para ser nosotros mismos, con nuestras riquezas y pobrezas personales".
En el caso del discernimiento, significa buscar a Dios en todas las cosas, en todos los campos del saber […], en cada persona, por eso es necesario que como universidad, y ustedes como estudiantes, nos dediquemos al estudio, que aprovechemos al máximo nuestra inteligencia y nuestra sensibilidad [...] El discernimiento los invita a profundizar, a examinar lo que hacemos, a ver en lo profundo de nuestro corazón para ahí descubrir lo que puede ayudarnos a ser personas que arman lío para conseguir el bien".
Por último, en lo concerniente a la frontera, Orozco Hernandez indicó que la universidad como institución que se dedica a explorar y ampliar el conocimiento debe estar presente en el debate de las ideas, en la confrontación entre distintas maneras de interpretar la realidad […] La frontera significa acompañar y estar presente en los proceso culturales y sociales actuales; significa analizar y reflexionar los fenómenos de transición que hoy día experimentamos y cuyo rumbo muchas veces nos es todavía incierto. Es necesario enfrentar con valentía y al mismo tiempo con racionalidad los conflictos hasta ir consiguiendo la fraternidad, la justicia, la concordia y la paz".
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