El ITESO impulsa estudios y proyectos para proteger a La Primavera
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El ITESO impulsa estudios y proyectos para proteger a La Primavera
Especialistas e investigaciones muestran que aún se pueden contener los daños que conllevan obras como el Macrolibramiento.
Enrique González
México y Jalisco no son ejemplo en materia de protección de bosques.
El país está en la mira de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) - de los que más hectáreas de bosque y selvas pierde a escala global, mientras que Jalisco es una de las entidades que más autoriza el cambio de uso de suelo en zonas boscosas, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La mancha urbana de Guadalajara cohabita con uno de los ecosistemas más ricos del continente americano, catalogado como Reserva de la Biosfera por la Unesco y Área Natural Protegida por el gobierno federal: el Bosque La Primavera.
Treinta mil hectáreas son el hogar de especies animales y vegetales únicas, que forman parte de un corredor biológico que sobrepasa por mucho a la región, que regulan el clima del Valle de Atemajac y que en los últimos decenios han sufrido daños debido a factores como la construcción de desarrollos habitacionales, la tala clandestina o los incendios.
Una de las amenazas más recientes al ya de por sí frágil equilibrio del bosque tiene 111 kilómetros de longitud, pasa por siete municipios y costará más de 8 mil millones de pesos y cuyo principal objetivo es que los miles de vehículos pesados que transitan la ruta Pacífico-Centro no tengan que utilizar el Periférico tapatío.
Es el Macrolibramiento, obra del gobierno federal que empieza en Zapotlanejo, termina en El Arenal, lleva aproximadamente 33 por ciento de avance y tiene encima una decena de amparos que han detenido su construcción –a cargo de IDEAL, propiedad de Carlos Slim– por orden expresa de la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente.
El incalculable valor ambiental, cultural y económico del bosque ha propiciado que distintos proyectos del ITESO, tanto del Departamento de Procesos Tecnológicos e Industriales (DPTI), como del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano (DHDU), analicen desde hace años el impacto de estas acciones y sus consecuencias a largo plazo.
"Con la tendencia actual, de aquí a 30 años el bosque podría estar completamente cortado. Si revertimos esta tendencia, tendremos la posibilidad de contar con un bosque más sano", afirma Pedro Alcocer, coordinador del Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) "Anillo Periférico", desde el que junto a la profesora Sandra Valdés trabaja con alumnos de distintas carreras para analizar y consolidar la zona de amortiguamiento del bosque, unas 40 mil hectáreas.
"De lo contrario, no es que el bosque vaya a desaparecer como tal, pero sería como un parque urbano. Un bosque con las características necesarias para tener un puma ya no sería posible".
Algunos de los estudios más recientes elaborados por otros PAP que miden la calidad de vida o el aire en la zona fueron presentados en septiembre en el congreso internacional Latin America Geospatial Forum, celebrado en la Ciudad de México.
"Muchas veces los planes parciales de desarrollo carecen de precisión y las condiciones morfológicas del territorio permiten que la ciudad crezca de manera desmedida. Vías como el Macrolibramiento, que están cortando una conexión biológica entre dos áreas naturales protegidas, van a traer consecuencias que no se dimensionan cuando se hacen proyectos con soluciones a corto plazo", afirma Paulina Ocampo, estudiante de Ingeniería Ambiental.
Basándose en una metodología llamada "álgebra de mapas", combinó 25 variables en torno a la susceptibilidad de la urbanización en un corredor biológico que atraviesa nueve municipios jaliscienses.
Al igual que ella, sus compañeros de carrera Daniel Hernández y Édgar Egurrola emplearon sistemas de información geográfica, tecnología geoespacial, datos topográficos, hidrológicos, económicos y de usos del suelo del Inegi, la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) o el propio PAP "Anillo Primavera", con el objetivo de generar información sobre los impactos del crecimiento poblacional o industrial en las inmediaciones del bosque y en la calidad de vida de sus habitantes.
Por ejemplo, en la subcuenca donde el ITESO tiene un predio-escuela, el uso urbano pasó de 13 por ciento en 1993 a 43 por ciento en 2010.
"Sí se alcanza a apreciar con imágenes satelitales una degradación de la vegetación en la zona", explica Egurrola, quien subraya la paradoja que acompaña a esos desarrollos inmobiliarios (el gobierno estatal acaba de autorizar uno en el Cerro del Tepopote, en Zapopan) que ofrecen a sus clientes los beneficios de vivir junto a un bosque que al mismo tiempo presionan y desgastan.
Hernández, integrante de un PAP que midió la calidad del aire en la Zona Metropolitana de Guadalajara, destaca la importancia de acudir como alumnos a foros de esta naturaleza para mostrar sus investigaciones.
"Estuvieron interesados, consideraron que fue una investigación valiosa. Eso nos ayuda muchísimo a nosotros y también sirve para que otros estudiantes del ITESO se interesen y les den continuidad a estos PAP".
El futuro es La Primavera
El hogar de la mayor cantidad de orquídeas terrestres de toda América está en crisis.
Sus ocho corredores biológicos –"las arterias por donde los flujos bióticos y abióticos se comunican con otros ecosistemas", explica Alcocer– o ya están bloqueados por vialidades como avenida Vallarta o se verán seriamente afectados por el Macrolibramiento, entre ellos los de Ahuisculco, Cerro Viejo o el del Volcán de Tequila.
A pesar del panorama actual, los especialistas se muestran optimistas, siempre y cuando, advierten, las autoridades sean capaces de equilibrar el crecimiento urbanístico con el medio ambiente, mediante decisiones integrales y a largo plazo.
"El Macrolibramiento está pensado para que haya menos coches sobre Periférico, para que los camiones se vayan por otro lado, de acuerdo", expresa Alcocer, "pero no hemos visto una estrategia clara de transporte público para que en Guadalajara se use menos el coche y realmente bajemos el tráfico. Lo que vemos es que cada vez se abren más calles y avenidas, y la regla es: más calles, más coches. No hay una solución estratégica, no la hay para atacar el origen del problema".
Alcocer y otros expertos abogan por la creación de un plan coordinado intermunicipal que regule su construcción, la implementación de por lo menos ocho pasos de fauna aéreos, la reforestación que haga falta y la política de usos de suelo en toda su extensión.
"El peor escenario es que se urbanice todo; hay interés [de algunos municipios y de la Semadet], pero no hay tanta voluntad", apunta el profesor del DHDU. Y a esta mega obra se suma el plan del Gobierno Federal de reactivar la planta geotérmica (energía obtenida con el calor en el interior de la tierra) que desde hace décadas permanece cerrada en el corazón de la Primavera.
"Sería un gravísimo error darle prioridad al aprovechamiento energético de este bosque, en vez de apostarle a la conservación de su ecosistema de gran importancia para la Zona Metropolitana de Guadalajara", dijo a la prensa local Arturo Curiel, del Comité Científico del bosque.
Una de las preguntas que dejan en el aire los académicos es: ¿quiénes van a tomar la batuta para coordinar las decisiones que afectan a La Primavera?
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