De los sueños a la tela y a un libro
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De los sueños a la tela y a un libro
María José Pérez, egresada de Diseño, realizó un proyecto editorial que recoge la riqueza cultural del pueblo wixárika.
Enrique González
Tres libros. Este es el resultado más reciente del trabajo de casi 20 años que el ITESO ha emprendido en la sierra wixárika jalisciense, codo a codo, con los habitantes y autoridades de comunidades como San Miguel Huaixtita, San Andrés Cohamiata, Santa Catarina o Presidio de los Reyes.
Allá, en la Sierra Madre Occidental, a unos mil 500 metros sobre el nivel del mar, proyectos educativos, artísticos y sociales en forma de una escuela secundaria o un bachillerato, de los coloridos e icónicos bordados que acompañan sus vestimentas o de unas casas de la cultura cuya conceptualización y proceso de financiamiento ya está en marcha (con profesores y alumnos del ITESO involucrados), integran el abanico de iniciativas que trabajan conjuntamente los wixaritari y la universidad.
Relacionados con ellos, este año el ITESO publicó tres títulos: Wixaritari wakamixa. Indumentaria wixárika; Tatuutsi makakwaxí. Proyecto educativo comunitario wixárika, y Wixárika Xuiyaya. Bordado huichol.
Bordados que primero se han de soñar
San Miguel Huaixtita es la comunidad cuyos bordados, tradiciones y hospitalidad son la esencia de una obra única: Wixárika Xuiyaya. Bordado huichol, libro que plasma en su medio centenar de páginas el profundo significado cultural y estético que tienen los bordados para este pueblo indígena.
Fueron muchas las voces y manos que aportaron sus conocimientos y esfuerzos para que este ejemplar viera la luz. En su portada se despliega Kwixu Hutame Mamu'u, la portentosa águila bicéfala, símbolo de los dioses que vigilan y protegen a los wixaritari desde el cielo y que tiene "la capacidad de ver al mismo tiempo los cinco puntos cardinales: norte, sur oriente, poniente y centro".
Alguien tenía que darle orden a esas voces, pensar en el diseño del libro, adentrarse en el significado del inmenso catálogo de bordados wixárika que pueblan las vestimentas de hombres, mujeres y niños, investigar por qué en aquella blusa está un venado o en aquella falda un peyote o de dónde surge esa explosión de colores presente en morrales, blusas o pañoletas.
Después de seis meses de vivir en dicha comunidad (de enero a junio de 2013), de impartir clases de arte y computación en su secundaria, de compartir deliciosas tortillas de colores y chilaquiles con sus habitantes, y de su paso por el Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) "Procesos educativos interculturales en la sierra huichola" –ligado al Programa Indígena Intercultural– María José Pérez, egresada de Diseño, tenía el bagaje necesario para hacerse cargo de dicha tarea.
"Yo quería hacer algo relacionado con el diseño y entonces empecé a ver los bordados, la chaquira, los tejidos... trabajamos mucho con los maestros, con la comunidad y con los alumnos; es un proyecto de todos", subraya Pérez.
Su adaptación a la comunidad fue paulatina. Al principio, la investigación no fluía y decidió tomárselo con paciencia. Se dedicó a dar clases de computación y arte, bailó, pintó, recicló, elaboró máscaras y papalotes con los niños de la secundaria y los acompañó en la elaboración de un "Diario personal".
"Es un proceso para que te quieran contar y se abran contigo. Allá tú eres la diferente, te sientes a veces como la intrusa; hay muchísima gente en la comunidad que sabe muchas cosas y tenías que ir y poco a poco para ganarte su confianza".
La curiosidad de María José y una inesperada amistad empezaron a cambiar las cosas.
Lorenza Martínez, una de las fuentes de la comunidad que colaboraron en el libro, junto a Apolonia de la Cruz, Agustín Salvador y Alicia Salvador, invitó a comer a su hogar a María José y a Jacqueline Villa, responsables de la investigación y la fotografía de la obra. Unas tortillas de colores, unos chilaquiles –lo mejor que comió allá, recuerda con una sonrisa– y una buena charla rindieron frutos. La información empezó a fluir y, con ella, las ideas que cimentarían el libro.
"Pensé en hacer algo que mostrara cómo ha evolucionado su diseño, porque hay modas y cada cierto tiempo van cambiando. Quería saber, ¿cómo combinan colores, qué figuras hacían y hacen, qué significado tienen?", explica la diseñadora, quien rápidamente se dio cuenta de que era urgente preservar el legado wixárika detrás de los bordados, el cual, por distintas razones, poco a poco se va perdiendo con el paso de los años.
"Por ejemplo les preguntaba: ‘Cuando quieres diseñar algo nuevo, ¿cómo le haces, de dónde sacas las ideas para tus diseños?' Las mujeres tenían muestras de sus trabajos anteriores algo deterioradas, así que había que rescatarlas, recuperar las muestras y que no se perdieran con el tiempo".
"Majo", como también se le conoce a María José, se percató de que este proyecto era una oportunidad para comparar el proceso creativo wixárika con la metodología de los diseñadores occidentales.
"Acá [en el ITESO u otras universidades] te enseñan a bocetar muchísimo, te dicen ‘no te cases con la primera idea, sigue ciertas reglas para combinar carreras', y ellos al contrario, porque me decían: ‘Primero lo sueño y de ahí lo paso a la realidad", narra "Majo".
Trajes de niños, de mujeres y hombres; cinturones, sombreros y morrales navegan por el libro, analizados por sus creadoras, por los maestros del Centro Educativo Intercultural Tatutsi Maxakwaxí y por los ancianos que atesoran y comparten el significado de los bordados.
"Yo me agarré de su cultura para diseñar el libro. No necesitas inventar nada, ahí está todo, todo está inspirado en ellos", asegura la diseñadora, quien de paso quiso dejar a sus colegas una enseñanza.
"El libro les puede servir a los diseñadores para que abran la mente, porque hay combinaciones de colores que yo decía: ‘¡Cómo se atreven!' Existen muchas otras formas de crear", asegura.
Editado por el ITESO y el citado centro intercultural, las 50 copias del libro se dividen en apartados como: "Los wixaritari", "Historia del bordado", "Prendas y accesorios", "´Ukari/Mujeres", "´Ukitsi/Hombres", "Semiótica del bordado" o "Prendas y accesorios", de los cuales se desprenden reflexiones como la siguiente:
"El bordado es algo sumamente sagrado para los wixaritari, ya que a través de él recuerdan y alaban a sus dioses. Incluso, las historias de los abuelos narran cómo fue que a partir de la voluntad de los personajes divinos el pueblo obtiene el don para bordar o realizar cualquier otra forma de artesanía con el fin de halagarlos".
Ninguno de los libros está a la venta, ya que su objetivo es fungir como material educativo para los distintos proyectos en la sierra, menciona Óscar Hernández, coordinador del Programa Indígena Intercultural del ITESO.
Si desea más información sobre el trabajo que realiza este programa, puede ingresar al sitio web http://cifs.iteso.mx/indigena-intercultural.
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